domingo, 5 de septiembre de 2010

Memoria.

Miré al mar traicionero
Lo despedí sin llorar
Y empezando a caminar
Me sentí más ligero

Me abrasé a la esperanza
De que dejaría de amarte
De que la forma de olvidarte
En tierras lejanas descansa

El cielo no me habló de olvido
Mi piel me recordó lo vivido
Y de nada servía la huida

Al fin me contente con tratar
Pues si he de jurar con la vida
Ni un segundo, te deje de amar.

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